_
Cómo avanzan las calles
y se humedecen
y quienes las pueblan y ensucian
Cómo de la humana alfombra
surge tan triste aroma.
_
A través de una ventana
que es también
un globo
un oído tapado
veo como se perfilan las
nubes al alba,
como aparecen frías
y lejanas
y esterilizadas
El sol sale del otro lado
donde todos, a ventanas cerradas
duermen
si pueden
duermen.
Llamé al personal con la luz
debida para ello,
llegó la joven, hermosa
me ofreció pan y mantequilla
con la voz despacio
y un tan melódico
aliento a whisky.
Quisiera haberle dicho al respecto
que le quedaba muy sexy
ese perfume imprevisto.
No lo hice y al mirar de nuevo
por la ventana
imaginé las flotantes nubes
hechas de ese aliento,
emborrachando a todo quien
hacia arriba mire.
_
Las piernas rotas de una vaca
le permiten moverse
alrededor de no más de cien metros.
La veo siempre sentada,
pero cuando de pie, comiendo,
sus pies marcan:
un-cuarto-para-las-tres
Vive en las calles que rodean
al cine imperial; violenta y maltrecha
antigüedad cuya entrada es la más barata del país.
El acomodador de asientos
no tiene piernas ni prótesis.
Alimenta a un pequeño gato naranjo muy dañado
y la boletera es bruja de azules ojos que te invita,
que te dice, que te recuerda quizás,
a la tía loca, a la madre loca,
a todo el sufrimiento de las familias y los países
a todos y todo lo sin querer,
a que hay que morirse en no mucho tiempo
y no importa lo que hacer entremedio,
entonces, entrar.
_
Si la gracia te concede
ser aeropuerto de una libélula.
_
26 oct 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario