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Alina:
Cortaré todas las cuerdas de tu piano.
Veneno en los aliños. Haré de tus jornadas
una plegaria de incendios y derrumbes.
Cambiaré tu sal por vidrios. Robaré tus
libros y mancharé tus cuadros con petróleo.
Asustaré a tu madre simulando en su
departamento un atraco para acelerar su
muerte. Un ataque cardiaco sea bienvenido
a mi lista de crímenes. Ya no soy yo, tu sabes,
he cambiado. Habla a través de mí el mal de
mil siglos. Tú me contactaste con él, mi guía.
Ya no quiere verte tampoco. No queremos
verte pero sí opacarte, disolverte en tinieblas
y arrancarte de tu relativo éxito. Será un
placer verte morir con nosotros.
Lázaro
11/02/2010
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8 dic 2011
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