11 dic 2011

El ciruelo negro oscila y otros pedazos

Transcripción semi arbitraria de apuntes cortos

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El ciruelo negro oscila,
una oscura puerta flotante.




contando pelos
cada uno contra un pedazo de aire
diferente




La lluvia de humanos
una violenta toma de conciencia.




Esta máquina al lado mío
luz de la piel.




Entrego mi materia a los gusanos que despejarán
mi esqueleto develándolo ante nada más que a la
oscuridad de la tierra, el aire poblado de la ataúd.




El botón más gastado de un ascensor
es siempre el para cerrar las puertas.




En mi casa un silencio perfectamente amenazador. El sonido de una cuchara contra losa delata a mi madre comiendo en el baño. Helado, todas las noches, ¿por qué no engorda?




"eres un patúo que se despierta a las cuatro

prefieres vivir la vida acostado en vez que de pie"




El cuerpo que está a mi lado inconsciente.




Recuerdo desde aquí la cara, las tetas, el culo, la vagina, el amor de mi mujer que duerme en la pieza contigua. Me vine a fumar unos cigarros. Allá le dejé la ventana cerrada porque estaba entrando la helada. Acá, bueno, nada, escribiendo, a ver si me da sueño.




Quiero sacarte a fiestas,
ahora que se acabó la noche,
ahora que fracasé con gracia.




Yo no marcho por el amor ni por la verdad,
espero que la pena no pese tanto,
sino que florezca con la vegetación.




Todos en mi casa despiertan llorando,
menos T. que no despierta hasta la tarde,
alcanzan sus medicinas
welbutrín y zolpidem
rabotríl y seroquel.
Mi madre con desastrada cara
parece borracha cuando dice:
"Buenos días."




Los perros
que están
al frente de la blanca
municipalidad
un domingo
cuando nadie va
ni viene ni espera.
Los perros solos
dos perros
merodeando en la entrada.




No he entrado a la ducha en dos semanas
C. no ha querido venir a dormir
solo ha permitido
citas en su auto
donde no cabe el sexo,
maldito suzuki maruti.




Dar vueltas por mi casa pensando
¿Qué he extraído de todo esto?
¿Cómo destilar esta niebla?
¿Por qué no me ha llamado?
Le he dado demasiado poder,
trazó su país en el centro de mi orgullo.




Quiero colgar campanas a los árboles,
cuidarlos, cortarlos, quemarlos.
Quiero hacer de mi vida un pedazo de aire,
reciclable.
Quiero pedirle ayuda a los siglos;
que martilleen más fuerte
que claven más remordimientos.




Espero el sueño escuchando
la noche: un arpa sin cuerdas,
un desmayo sin caída.

Todo es violencia en mi cabeza;
un fluido estruendoso
de dolor y derrota.

He cortado los callos de mis pies
con un cuchillo
para mascarlos un rato,
irlos triturando de a poco
y luego escupirlos
en el cenicero.




Mirar desde el agua hacia afuera
desde el órgano más interior,
el por más órganos rodeado,
el más oscuro y sumergido.

Navidad

Procesión




La súbita entrada de la verdad,
la violencia de darse cuenta
que las deudas se acumulan y arrastran
desde la luz a la descendencia.




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